Doulas de Sonora

Asociación de Acompañantes Profesionales al Parto

💠 Presidente, Laritza Hernández Rivero (662) 184 9131

Doula, Asesora en lactancia y Obstetra

💠 Vicepresidente, Gisel Brow (662) 182 0796

Educadora Doula y Asesora en lactancia.

CERTIFICADAS

🔵 Mirna García Montes (San Miguel de Allende, Gto.)

🔵 Alicia Aldana Vizcarra (644) 142 4550

🔵 Nereyda Ruíz León (662) 157 3980

🔵 Karla Rubí López Sandoval (644) 173 2184 (Cd. Obregón)

🔵 Olga Margarita Guzmán Baltierra (662) 141 2464

🔵 Angélica Luisa Villarreal Gasca (662) 142 8708

🔵 Consuelo Del Carmen Moreno de la Higuera (662) 170 2036

🔵 Isabel Cristina Valenzuela Gracia (662) 353 7743

🔵 Diana Irene Valenzuela López (662) 172 0783

En ocasiones me han preguntado:

¿Una doula? ¿Para qué?

Las mujere saben parir, están hechas para eso… pero en realidad ¿ellas aún lo saben?, nos encontramos en una crisis del nacimiento durante la cual las mujeres han sido despojadas del poder de parir a sus bebes, se les ha repetido tanto sobre la seguridad y rapidez de una cesárea que hasta parece absurdo querer intentarlo de otra manera.

Sin embargo, parece que la naturaleza no se equivoca y las mejores evidencias siguen confirmando lo que ya se sabía desde hace mucho tiempo: lo natural y fisiológico tiene muchas ventajas y resulta que en la gran mayoría de los casos esto debiera ser posible.

La doula está allí para recordárselo a la mujer, para ayudarla a transitar por ese camino del parto, para recordarle que ella es poderosa y capaz, para que descubra que es lo natural en ella, para decirle al papá que lo que está viendo es normal, para confirmarle a la nueva madre que esta bien seguir al ritmo de su cuerpo y apoyarla para que esta pueda darle la mejor y más amorosa bienvenida a ese nuevo ser que continuará alimentando durante su gestación externa después del nacimiento.

La sabiduría de un parto proviene más que nada, no del exterior, sino del interior de la psicología de la mujer.

Aquellas que sepan escuchar su cuerpo en el momento de dar a luz, que sigan los dictados de los músculos, que se balanceen y giman, se columpien y canten, no se encontrarán con que su cuerpo les pide que, “se recuesten, pongan los pies en las abrazaderas, se pongan el cinturón del monitor y !pujen!”.

En vez de eso, la voz del cuerpo dice “camina, gruñe y respira”,
respira profundo, hasta lo más profundo de tu vientre y de tu alma.

Siéntete a ti misma, sé tú misma, vive ese momento, el sagrado momento del nacimiento.
Agáchate, siente la cabecita húmeda de tu bebé en el momento de nacer.

Levántate, apóyate en las personas que te están sosteniendo.

Penetra en lo más profundo de tu ser, mientras fluyes con las poderosas contracciones.
Regálate el nacimiento, dáselo a tu propia fortaleza corporal,
mientras le das la vida a tu hijo.

Barbara Harper

Un parto seguro y saludable

Deja que el parto se inicie por sí solo

Camina, muévete y cambia de posición a lo largo del trabajo de parto